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Cómo prevenir el envejecimiento prematuro

Dra. Abigail Bello Gallardo.




“Nada nos hace envejecer con más rapidez, que el pensar incesantemente en que nos hacemos viejos”. George Christoph Lichtenberg.

“La única forma de afrontar el futuro, es actuar con eficacia en el presente”. Guita Bellin.




Desde el principio de los tiempos del hombre, la juventud permanente ha sido un sueño anhelado por todas las civilizaciones, no solo porque se le asocia con la belleza radiante y plena sino porque se reconoce que es la etapa de la vida en la que la mayoría de los hombres y las mujeres han estado más sanos y han padecido menos enfermedades y malestares. Pero en sí, ¿Qué es el envejecimiento? Se acepta en general que el envejecimiento es un conjunto de cambios que existen en las células de los seres vivos debido al paso del tiempo, y que trae como consecuencia el deterioro o daño de los diferentes órganos, aparatos y sistemas del cuerpo.

Hay muchas teorías que tratan de explicar cómo y porqué sucede el envejecimiento, entre las más aceptadas se encuentran las que dicen que el organismo se rige por un equilibrio entre destrucción y reparación de las células, en cuanto ese equilibrio se pierde y empieza a faltar la reparación celular, se presenta el envejecimiento. Otra teoría afirma que las células se van deteriorando con el uso y por eso envejecen. Algunas otras sostienen que el organismo se va autointoxicando con el paso del tiempo y así, poco a poco se van enfermando y envejeciendo las células. Otra hipótesis del porqué envejecemos, asegura que con el paso del tiempo, se empiezan a deteriorar nuestros órganos endocrinos o glándulas, que producen las hormonas que mantienen sanas y jóvenes nuestras células, perjudicando así el funcionamiento del cuerpo humano, envejeciéndolo.

También se asegura que factores genéticos (o sea los heredados por nuestros padres a través de la concepción), los factores ambientales (el entorno que rodea y afecta vida de las personas) y los factores de comportamiento (manera de actuar) pueden perjudicar la salud y la juventud, envejeciendo de manera acelerada nuestras células. Por ejemplo, hablando de factores ambientales mencionaremos a los fumadores que pueden presentar envejecimiento prematuro debido a la inhalación permanente de radicales libres de oxígeno. Otro factor ambiental perjudicial es la exposición a la luz solar porque predispone al envejecimiento prematuro de la piel por la acción de los rayos UV.

Según el Dr. Francisco Mora, Catedrático en Fisiología Humana en la Facultad de Medicina en España, el envejecimiento empieza a los treinta años porque a esa edad se empieza a deteriorar nuestro programa genético; y el Dr. Jaime Miquel, ex Director del Laboratorio de Envejecimiento de la NASA, afirma que a esa edad comienza el cambio en la fisonomía (aspecto exterior de las personas) ya que el humano empieza a aumentar de peso, disminuye su metabolismo y los niveles de algunas hormonas, aparecen cambios en los patrones de sueño (como el insomnio) y empieza a perder la memoria.

Algunos signos o características de envejecimiento del cuerpo humano son: pérdida de la capacidad visual (como la miopía., las cataratas, etc.), pérdida de agilidad y de reacción refleja, degeneración de las estructuras óseas (por ejemplo osteoporosis o artritis); demencias seniles como Alzheimer, pérdida progresiva de la tonicidad muscular, aumento de la presión arterial, pérdida de la capacidad del sistema inmunológico o de defensa ante infecciones, pérdida de la absorción del colágeno de la piel (trayendo como consecuencia arrugas), pérdida del oído y del gusto, pérdida progresiva de la líbido o deseo sexual, entre muchas otras características.

Para evitar el envejecimiento prematuro, es necesario neutralizar la acción dañina de los radicales libres. Los radicales libres son moléculas o grupos de moléculas que normalmente se encuentran en el cuerpo y que realizan funciones importantes, sin embargo, llegan a atacar nuestras células, disminuyendo su adecuada función y provocando su envejecimiento; cuestión que se puede contrarrestar con la acción de mecanismos naturales antioxidantes que produce el propio cuerpo. Este mecanismo natural de defensa se encuentra funcionando de manera óptima en la niñez, la adolescencia y la juventud pero empieza a deteriorarse en la madurez.

Para apoyar esta función e impedir que nuestras células envejezcan prematuramente, se recomienda la ingesta de antioxidantes que son substancias contenidas en determinados alimentos, que nos ayudan a que nuestras células no envejezcan. Algunos antioxidantes son: Allicina, ácido elágico, antocianos, capsicina, carotenoides, catequinas, compuestos sulfurados, coenzima Q, isotiocianatos, isoflavonas, licopeno, quercetina zeaxantina. Los antioxidantes se encuentran en alimentos como: las zanahorias, las calabazas, el té verde, el noni, las uvas, la papaya, los tomates, el melón, los cacahuates, la soya, las nueces, la chirimoya, la guanábana, el ajo, la cebolla, el perejil, las fresas, los limones, las naranjas, el kiwi, los arándanos, los chiles, el cacao, el maíz y las uvas, entre otros. Lamentablemente con frecuencia a través de la dieta, es difícil reunir los requerimientos diarios de antioxidantes o todos los que se necesitan, razón por la que recomiendo, previa consulta con su Médico de Confianza, la ingesta de antioxidantes contenidos en complementos alimenticios y la ingesta de Vitamina C, vitamina A y vitamina E.

Recomendaciones para evitar el envejecimiento prematuro: Ingerir una dieta baja en calorías, rica en frutas y verduras, que contenga altas concentraciones antioxidantes. También se sugiere enriquecer la dieta con la ingesta de antioxidantes contenida en complementos alimenticios. Practicar ejercicio moderado (a cualquier edad) ya que ayuda a retrasar el envejecimiento, evitando la obesidad, manteniendo sanos los huesos y el volumen muscular. El trabajo diario que se realiza dentro o fuera del hogar no debe tomarse como ejercicio, sólo el que se hace en un tiempo, lugar específico y con esa intención. Hay que eliminar los hábitos tóxicos como el tabaquismo, el abuso del alcohol y del café. Y por último, se recomienda mantener una actitud optimista ante la vida.

Muchos se preguntarán ¿En qué perjudica a nuestra salud y juventud un estado de ánimo negativo? El ejemplo más claro es el siguiente: La depresión debilita nuestro Sistema Inmunológico o de defensa y esto permite que envejezcan prematuramente nuestras células, por ello es importante mantener una actitud positiva ante la vida. Debido a lo anterior, es muy recomendable: Realizar con frecuencia actividades que nos causen alegría; valorar al máximo posible nuestros logros, talentos y cualidades; aceptar la tristeza y el sufrimiento personal como parte normal de la vida pero nunca obsesionarse con ellos; tratar de solucionar nuestros problemas poco a poco y no resignarse a la fatalidad; tener interés genuino por los demás y ayudar en lo que pueda. Reflexionar en que realmente para vivir con dignidad se necesita poco. Si Ud. insiste en que necesita muchas cosas materiales para vivir, se deprimirá con frecuencia y además nunca logrará saciar su ambición. Conviva con personas que le parezcan simpáticas y que rían con facilidad.

Si se da cuenta de que las recomendaciones anteriores no le ayudan para combatir su desánimo, tristeza, angustia o frustración, por favor busque la ayuda profesional de un Psicólogo, un Psiquiatra o Psicoterapeuta. La Terapia con Flores de Bach ha demostrado ser un eficaz auxiliar en el tratamiento de la depresión, la ansiedad y el estrés.

Es conocida internacionalmente la prolongada apariencia joven y saludable que tienen los monjes tibetanos así como también sus largas horas de meditación y oración, su sentimiento permanente de gratitud, su estricta dieta y sus rigurosas horas de sueño diario. Basados en esto, bien haríamos en seguir sus hábitos hasta donde nos sea posible, para mejorar nuestra salud y conservar la juventud.

Si bien es cierto que la idea de la eterna juventud, ahora a muchos les parece cuento de de ciencia ficción, el Dr. Audrey de Grey biólogo inglés y editor de la revista científica Rejuvenetion Research ha defendido la teoría de que dentro de unos treinta anos, los avances científicos y tecnológicos harán posibles las reparaciones celulares y moleculares en el cuerpo humano que acabarán con la vejez y aconseja que mientras tanto debemos mantenernos saludables evitando el sobrepeso, el tabaco y la hipertensión e ingiriendo una dieta sana. El eminente científico insiste en que en un futuro próximo, las personas transitaremos de la infancia a la adolescencia y a la juventud, estacionando permanentemente nuestro reloj biológico en la más placentera madurez correspondiente a los treinta o cuarenta años actuales.

Partiendo de la idea de que científicos, Físicos Cuánticos aseguran que atraemos a nuestra vida lo que pensamos con más frecuencia e intensidad, les invito a pensar reiteradamente en ser poseedores de una vida saludable, jovial, llena de alegría y de paz, para que esto se convierta en una realidad palpable.

Termino con la siguiente frase del Médico, filósofo, teólogo y músico franco-alemán, Premio Nobel de la Paz en 1951, Albert Schweitzer, que dijo:
“Los años arrugan la piel, pero renunciar al entusiasmo, arruga el alma”.